jueves, 20 de octubre de 2011

Karma.


Creo que desde que todos éramos chiquitos escuchamos por nos nuestros padres, abuelitos o amigos la frase “no hagas otros lo que no quieres que te hagan a ti”. Pero todo esto se puede resumir en una sola palabra: Karma.
El karma es la ley universal de causa y efecto, es como una ley la cual busca el equilibrio de las cosas. Sería como una pared que nos devuelve la misma pelota de lanzamos hacia ella una y otra vez, sin parar, pero en este caso por lo que estamos tratando, lo que nos devuelve no es una pelota, si no las consecuencias de nuestras malas o buenas obras.
Esta ley es exacta. Podemos llegar a escapar de las leyes de la sociedad, pero no hay escape de la ley de casualidad.
En la antigüedad se decían que el karma se basa en la acumulación de los efectos de las causas buenas y malas que realizamos a través de nuestras vidas anteriores, de las causas buenas y malas que hicimos en esta vida y de las que este preciso instante estamos haciendo.
Todo lo que hacemos en esta vida afecta el balance positivo o negativo de nuestro karma, lamentablemente hoy en día vivimos en un mundo tan agitado en donde nos olvidamos de practicar acciones positivas y por el contrario vivimos más egocéntricamente, teniendo como consecuencia actos negativos y una vida no muy feliz.
En fin, el karma, es un tema para recordar y reflexionar una y otra vez y la vida de un ser humano está para aprender y el karma no sería un castigo, sino sería más bien una curación para el alma, no todo es tan duro en el karma, cuando realizamos buenas obras, esta ley nos devuelve tarde o temprano la consecuencia de nuestra buena acción.
Así que cuando observen en su interior un estado alterado, tienen que relajarse y serenarse para no cometer nuevos actos equivocados que desequilibren su karma.

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